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Fuente plaza pueblo |
Cuando la autovía de Castelldefels era un paraíso del ocio
La C-31 inaugurada en 1954 y ampliada a 4 carriles en 1976 sin mediana, fue hasta la década de los 90 una vía jalonada por un Ocio entendido a lo "Grande", Macro Discotecas de moda, los 2 burdeles mas grandes de toda Europa, Cámpings marchosos, Chiringuitos musicales y atracciones varias. Ahora de ese mundo ya perdido De ese mundo perdido solo quedan ruinas como las del Silvi's, el Tutankhamen o La Ballena Alegre.![]() |
Chiringito Costa Rica |
Parking desierto, no se ve un alma en el 'karting' Minilandia de la Autovía de Castelldefels. En los circuitos vacíos un cartel anuncia orgulloso que el establecimiento lleva "40 años a su servicio", pero su diseño despide un inconfundible aroma a años 80. Otro cartel, tamaño XL, exhibe tan solo el retrato de un caballero de mediana edad y la leyenda "Garantía", es Jaime Ampurdanés, excampeón de España de karting, la instalación cumple 75 años. Tras el 'karting' se ve en la montaña la ermita de Sant Ramon, y torres eléctricas que sobresalen entre pinedas alopécicas y polígonos industriales.
La verbena de La Tortuga Ligera: punk, navajas, avalanchas y el gran atasco.
El cámping de la autovía de Castelldefels acogió en Sant Joan 24 horas de música que pese al caos fueron un episodio seminal de la cultura 'underground' barcelonesa El lugar ya había presenciado, en mayo de 1977, la gran fiesta por la legalización del PSUC, así como otros eventos multitudinarios, por lo que fue escogido por la promotora Cuc Sonat para montar un festival de 24 horas la noche de Sant Joan de 1978. Se necesitaban 24 grupos, "uno por hora -según Xavi Cot, fundador de Cuc Sonat-, así que cogimos todos los que pudimos que no cobrasen demasiado o nada". El plantel de aquella verbena se lee hoy como un quién es quién del protopunk y el rock macarra de la época: La Banda Trapera del Río, Masturbadors Mongólics, Kaka de Luxe (Madrid), Basura, Mortimer, La Morgue (Valencia), Melodrama y muchos otros. El cartel de la verbena de La Tortuga Ligera de 1978. El belén que se armó aquella noche, según fuentes consultadas, hace que Canet Rock parezca una acampada del 'cau'. Carles Amat, quien presenció los festejos en calidad de espectador, afirma que fue una "fiesta total, con absenta y canutos y unas 60.000 personas". El sarao colapsó la C-31, que ya solía ir hasta los topes de tráfico, y el "monumental atasco" inundó la autovía de coches aparcados hasta el puerto de Barcelona. Cot detalla en su memoria sobre Cuc Sonat cómo la noche siguió parámetros igualmente caóticos, empezando por el público pagador: "Se estaba colando la gente a centenares o miles -escribe-, el recorrido del perímetro del cámping estaba cercado con una valla de cañas bastante endeble, por eso escogimos a uno del Cuc Sonat para que contratara a gente para controlar todo el perímetro y proteger las vallas. El problema es que a quien contrató o eran guardias civiles retirados, yonquis o pasotas, y todos ellos estaban (…) escaqueándose".Discoteca Vértigo.
Cruzar la autovía.
Ballena, cocodrilo, pulpo... Recuerdo la serie de carteles publicitarios con mascota que solías ver a lo largo de la C-31. Formaban un patrón zoológico: el pulpo de Evinrude, el cámping El Toro Bravo, El Cocodrilo Llorón, los cámpings La Tortuga Ligera y La Ballena Alegre, el pavo de La Pava... Aquellos carteles te arrancaban de la monotonía de un trayecto que hoy se realiza en 20 minutos, pero que en 1978 duraba bastante mas por los atascos.
Hoy los carteles antiguos han desaparecido, junto con los establecimientos que anunciaban. Un mundo perdido: 'boîtes', restaurantes de playa, chiringos y cámpings, nudistas y verbeneros, domingueros y aficionados al 'karting', atascos viales, puticlubs, pinedas inmensas y aroma de paellas, pero el tramo de la C-31 que va desde Ildefons Cerdà a los túneles de Sitges cruzando el delta del Llobregat, fue, desde su construcción, un paraíso del ocio provincial. En otro siglo, el jaleo estaba aquí. Decido recorrer una ruta C-31 para comprobar qué queda y qué desapareció de aquello. Un paseo por las ruinas, como hacen los turistas en Empúries, solo que serán las ruinas de nuestra infancia y juventud.
El New Silvi’s
Ya no puede accederse a la pirámide maya que en otro tiempo fue la discoteca más famosa de la zona, Silvi’s. Una valla rodea hoy su cadáver agusanado, pero se pueden ver las placas de metal arrancadas de su estructura. Lo de la pirámide no era un rapto lírico: su fundador, Silvestre Falguera, la hizo construir así, con estratificado de pastel nupcial en blanco Castefa y deje inca. Se inauguró el 11 de mayo de 1970, en una velada saturnal, "la casa-por-la-ventana", donde tocaron Peret, Lone Star y José Guardiola, entre otros. A lo largo de la primera década de su singladura, Silvi’s fue disco puntera del Barcelonés, y catedral de verbenas y 'reveillones' del Llobregat mediterráneo. Entonces, cuando justo amanecían los ochenta, su propietario regresó de Nueva York enamorado de Studio 54, y emprendió la modernización, mayormente técnica, que convertiría su discoteca en New Silvi’s.
El día de la visita (2/6/22) se apreciaron desde lejos varias personas (3) en su interior y algunos trabajos aparentes de limpieza de escombros.
Básicamente se bailaba con la música disco, el ítalo de calidad, y también el funky, tanto negro como blanco, que en esa época estaba de moda. El público de New Silvi’s solía rondar la treintena y estaba compuesto, por personas de nivel adquisitivo alto, empresarios de Castelldefels, gente de hostelería y también como es lógico, muchos turistas de los cámpings de la zona. El ambiente, era bueno, a pesar de la convivencia de clases, pues tanto podías encontrar allí al "megapijo de Castelldefels, como al megagarrulo que venía a acabar el día de las celebraciones de una boda en Sant Boi.
Se presenciaron varias batallas campales, con "gente volando por encima de las barras, como en los westerns". New Silvi’s también programaba actuaciones, como "Jordi LP cuando aún no le conocía nadie, Boney M y muchos ítalos". New Silvi’s cambió de manos en 1994, pues su dueño sabía que "estaba proyectada la construcción de un acceso puente de autovía que taparía la discoteca" (como está construido ahora), y que aquello sellaría su fin. No lo fue, exactamente, aunque las nuevas encarnaciones de Silvi’s (ya rebautizada El Temple, la Nau -trasladada desde Molins de Rei- o La Festa) harían inmersión jabata en la subcultura mákina, con el cambio radical de clientela que ello comportaba.
Observando los restos de la desmoronada sala de fiestas, con su pinta inerte de armadillo descompuesto, medio oculta tras un puente gris decapado por el óxido, ocultan su cálido interior de asientos enyesados de piedra y ladrillo a la vista, ahuyentan aún más los días en que Dolores Vargas presentó el 'Achilipú' ("su nuevo ritmo", según 'La Vanguardia' del 15-5-70). Ahora las panzas de iguana de los aviones, cruzan con estruendo el cielo cada minuto, recordando que cualquier etapa de Silvi’s quedó atrás.
De Toros Bravos, Albatros y Estrellas de Mar
En la otra orilla de la autovía, por el lado mar, se agolpaban los cámpings, ocho de ellos, pegados uno con otro y siempre hasta la bandera de extranjeros y locales. La mayoría de ellos eran propiedad de Modesto Amat, un empresario que se había lucrado con el carbón asturiano, y cuyo capital se multiplicó cósmicamente con el desarrollo de una idea (por aquel entonces de bombero): convertir el fangal insalubre de cañadas, pinos torcidos y mosquitos voraces del delta en centros de acampada de pago como los que había visto en sus viajes por Europa. Aquel centenar de hectáreas abarrotadas de campistas y domingueros aportó a la zona un bullicio que repercutiría radicalmente en el resto de comercios.
El primogénito fue uno de los más chicos, La Tortuga Ligera, no muy lejos de Silvi’s. Hoy ocupan su antiguo emplazamiento una ristra de apartamentos de playa, pero esas escasas 9 hectáreas alojaron en su tiempo un cámping pionero de España. En la primera época, como me recuerda uno de sus antiguos directores, Carles Amat, el cámping se dividía en dos zonas, "el camping como tal y luego lo que se conocía como Baños La Tortuga Ligera, que estaba enfocado a domingueros, y tenía un merendero y algunos equipamientos". Fue allí donde tuvo lugar la que se conoce hoy como la verbena punk de la Tortuga Ligera', en 1978, momento seminalísimo de la historia cultural del país Un periodista más cursi que yo les diría que si uno aguza el oído aún puede oír la vibración del rock’n’roll entre los pinos, pero no sería verdad. Solo se oyen aviones, chapoteos en la piscina y el incesante runrún de los vehículos en la autovía. En cuanto a los demás, cerraron también El Toro Bravo, Cala Gogó, Albatros, Filipinas y La Ballena Alegre. Quedan en pie el 3 Estrellas y el Estrella de Mar, últimos supervivientes de una raza extinta.
Castillo de las Tinieblas
El comedor de las tinieblas castillo de las tinieblas c/ Josep Lluís Sert 40 al lado Camí del mar en Gava 1998- 2022Tutan y Tropi
Siguiendo la autovía, en los kilómetros 14 y 16 respectivamente, se hallaban a la sazón dos discotecas que le hacían la competencia a Silvi’s: Tropical y Tutankhamen. El Tutankhamen, 'Tutan' para los amigos, sigue en pie solo en parte: el incongruente armatoste cuya antigua fachada semejaba algún complejo funerario egipcio, con estatuas de faraones y amuleto de escarabajo, que tantos siniestros debió causar en su momento (era imposible no pegarse un susto de muerte al tomar la curva y topar con un templo mortuorio estilo Valle de los Reyes) Está abandonado, esta sala de fiestas que Carmen Sevilla inauguró el 22 de junio de 1976. La parafernalia faraónica desapareció décadas atrás, cuando se transformó en una discoteca marroquí (Marrakech, que en el 2009 sería escenario de un tiroteo mortal en la puerta), y al poco cerró. Pero ni siquiera en su apogeo y sin asesinatos puede decirse que el Tutankhamen fuese la intemerata. Durante los setenta se decantó a menudo por el espectáculo sexy-erótico, y la década de los ochenta la obligó a reconvertirse en disco de barrio con hits populares. Hoy solo queda un edificio color teja de planta singular en espera de nuevo inquilino.
Discoteca Tutankhamen
Esta discoteca es de sobra conocida y está situada en una carretera en la que hace años había bastante oferta de ocio nocturno, actualmente se encuentra en venta y abandonada desde hace años.
Fue inaugurada en el año 1976 con un gran espectáculo de inauguración en el cual actuó Carmen Sevilla.
Se trata de un edificio pintoresco, ya que imitaba la forma de un templo egipcio y originalmente estaba decorada con motivos egipcios y faraones, pero décadas más tarde la sala cambió de manos y se convirtió en la Sala Marrakech, una discoteca marroquí. La decoración egipcia fue cambiada por los predominantes arcos de herradura, los mosaicos y estucos con motivos geométricos típicos de la arquitectura árabe.
En el año 2009 ocurrió un crimen a las puertas de la discoteca, un cliente fue ejecutado recibiendo dos disparos en la cabeza y murió en el hospital, poco después, la discoteca cerró para siempre.
Como suele ser habitual en las discotecas, no había prácticamente luz natural y en la mayoría de fotos se tuvo que hacer uso de linterna, excepto alguna de la planta superior en la que entraba un poco de luz natural.
La pista de la planta baja con su barra correspondiente.
La Pava y los chiringuitos del Rock and Roll playero
Nos encontramos una composición de edificios diverso (Pizzería, Bar, Asador Pollos, Gasolinera, Farmacia, Quiosco) que componen el emporio La Pava. Erigida en 1961, esta área de ocio fue un punto de paso ineludible para las familias playeras del delta.
Tenían en la carta una pizza llamada 'Cinco Estaciones', en honor a las cinco paradas de Cercanías que existían entre Barcelona y Castelldefels, así como el equivalente del 'bikini' yanqui en la 'Pizza Atómica', pura hija de la guerra fría, con el huevo frito en medio.
Desde La Pava hacia el mar, unas pocas manzanas más allá, existían muchos chiringuitos pub de playa rockeros que poblaban esta sección del litoral: el Pilufa, el Lido, el Siouxsie, el Costa Rica, el Quijote (alias el Mosquito), tenían 2 vidas, por el día restaurantes y por la Noche pubs musicales, incluso cambiaban el nombre (y supongo que el personal).
En la playa se instalaron numerosos merenderos que nacieron de la mano de algunos hombres de mar que ofrecían cocina de pescador con pescado fresco acabado de llegar a la playa, y que con los años sobrevivieron reconvertidos y denominados los “Chiringuitos de Castelldefels” hasta su desaparición a finales de los años noventa, el último demolido fue “El Patricio”el año 2008
Los establecimientos más tradicionales siguieron vinculados al barrio instalándose en nuevas ubicaciones, principalmente en el Paseo Marítimo junto con otros de nueva creación, en la playa misma.
Según la Comandancia de Marina había 14 licencias provisorias:
- El PATRICIO, en la calle 9
- El LIDO, en la calle 10
- EL COMPÁS, justo al lado
- LA PINEDA, en la calle 11, de noche era el pub “Siouxsie”
- LANCASTER, en la calle 13
- EL CARMEN, en la calle 13 Bis "LA MAÑA"
- EL BARQUITO, en la calle 14
- CARRASCO, en la calle 15
- CENTRO RECREATIVO EJÉRCITO DE TIERRA, la calle 16
- COSTA RICA, en la calle 18, de noche “Pub Xavi”
- LA VESPA, en la calle 21
- BELLA VISTA, en la calle 22
- TÍO JOAQUÍN, justo al lado
- PILUFA, en la calle 23.
Ninguno de aquellos lugares existe ya. Corrieron la misma suerte que los chiringuitos de la Barceloneta, víctimas de un genocidio urbanístico posmoderno y posolímpico.
Debieramos añadir la discoteca Taj Mahal Autovía de Castelldefels Km 20 en zona Bellamar ahora Router Bar y el Frampi cerca estación apeadero de RENFE.
Hoy el paseo marítimo de Castelldefels es una cosa 'muy pulida', con sus jardincillos, un banco gigante, un reloj de Sol y muchos bancos, con apartamentos y algunas unifamiliares de una planta, ni muy de aquí ni muy de allá, con pinta IKEA y atmósfera de abulia residencial. Se acabaron las paredes enjalbegadas abiertas al mar, y el viento marino en la cara, calculando mentalmente cuantos pasos por la arena podríamos dar antes de refrescarnos en el mar.
Información extraída de artículo escrito por Kiko Amat
Uno de los más famosos en la playa de Castelldefels desde el año 1972. Fue derribado en 1992, año olímpico. Costa Rica
Durante el día, era un restaurante sobre la arena que se encontraba enfrente del parking de los Apartamentos Mar y Sol, entre las calles 18 y 19. Por la noche, era el Pub Xavi, que tenía un fuego en la arena y le habían instalado una chimenea. En el pub vendían la carne cruda, chuletas en especial, y la gente la asaba a su gusto.
El propietario del chiringuito era Xavi Zardoya Agustí (entrevistado por una colaborada de La Voz, Marisa Puig, en febrero del 2001), quien lo definió como un local que “Vivía de día con el sol y de noche con música, al calor de la chimenea”.
“El Xavi”, en la misma entrevista, manifestó que la cocinera era su abuela y que, luego, su madre hacía la paella tan buena que venía gente de Barcelona a probarla. Fue el primero en abrir por las noches con una excelente discoteca, ya que venía de Ibiza, donde había trabajado de Dj. De 6 de la tarde a 9 de la noche venía toda la juventud a escuchar música y luego al “PUB” a tomarse sus primeros tragos de alcohol y también en busca de un amor de verano, del que todos se acuerdan.
Realmente, Xavi fue un pionero y por eso hoy se lo queremos reconocer, a pesar de que ahora vive aislado del exitoso mundanal ruido de los chiringuitos actuales en el barrio Palau Novella de Olivella. La restauración ha cambiado mucho en todos estos años pero los chiringuitos de Castelldefels son muy conocidos y visitados por mucha gente, hasta un programa de TV3 se realizó desde la misma arena.
Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor, no lo negamos, pero también lo es ir con los tiempos, progresar en definitiva.
Hay gente que le agrada este nuevo Paseo Marítimo con buenas infraestructuras y con locales acondicionados para el buen servicio de los turistas que nos visitan cada año.
A otra gente le encantan aquellas paellas hecha por la abuela de Xavi o chuletas a la brasa, en el nostálgico y mágico Restaurante Costa Rica, con música hasta que amaneciera en una playa salvaje de los años 80.
Ocaso del planeta de los cámpings
El camping La Ballena Alegre cerró sus puertas el año 2005, expropiado por AENA como zona de protección aeroportuaria y en teoría destinado a futuras ampliaciones (oh, tan necesarias) del aeropuerto de El Prat, pero quien se hizo con las tierras las dejó tal y como estaban, con patente desinterés. En La Ballena Alegre la naturaleza ha tomado hoy el volante de un modo conspicuo, casi vengativo, y se halla a medio borrar cualquier traza de humanidad previa: la pinaza se amontona donde nacen las paredes del antiguo supermercado, como si buscara engullir el edificio; las raíces de los pinos rompen el asfalto aquí y allá, subiendo a la superficie de un modo que hace pensar en krakens de grabados antiguos.
Macro burdeles. El Saratoga y el Riviera
RIVIERA (el mayor puticlub de Europa)
Dotado con 50 empleados y 170 prostitutas

- El Supremo deja un castigo mínimo a la trama policial de los macroburdeles
- A juicio la trama de policías corruptos ligada a los prostíbulos Riviera y Saratoga
- Un comisario con amigos en el burdel
- Aun derribado, el Riviera continúa envuelto en el misterio.
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